jueves, 31 de enero de 2013

CAMARON QUE SE DUERME……

Camarón que se duerme se lo lleva la corriente, se dice también, camarón que se duerme, acaba en el plato. Una veda es una prohibición de pescar, por lo tanto es posible sólo pescar durante las temporadas de pesca que varía dependiendo de la especie y zona de pesca. En nuestro país, esto es regulado por el Ministerio de Producción. Sin embargo, se debe tener en cuenta que para que estas especies se conserven y sean sostenibles por más años, se deben respetar las épocas de incubación y no se debe cazar o pescar a ejemplares muy pequeños, sino se interrumpiría el proceso de reproducción de esas especies.

A los dichos populares, hay que sumarles también nuestras malas costumbres; lo prohibido nos tienta para usarlo, tenerlo, consumirlo. Solemos decir también, hecha la ley hecha la trampa, que será un poquito, no pasa nada, pide, compra, usa nomas……. total. Las experiencias peruanas en términos de uso y explotación de recursos marinos, no son nada buenas, recordemos que si no se controlaba la captura de anchoveta, simplemente la desaparecían; en el boom de la pesca, fuimos un país importante en el mundo exportando harina de pescado, en el resultado todo se justificaba desde la economía, buenos ingresos, pero desde los recursos, un desastre. Se acuerdan de la macha, los conchales en las playas son evidencia de su sobreexplotación y desaparecieron. Los buques arrastreros-factorias, hacían sus fechorías en alta mar y también cerca de las costas. Las corrientes del niño y la niña, corrieron para aguas más heladas a nuestro recurso hidrobiológico, por esa y más razones, varias veces la pesca quebró y seguirá quebrando y fueron los chilenos quienes aprovecharon y compraron gran parte de nuestra flota; la historia es larga, dura, cruel y penosa.

Hoy nuestra preocupación es el camarón. Hay veda hasta el 31 de marzo, pero sin embargo, encontramos que venden a escondidas, te ofrecen en restaurantes o compran para la casa y no pasa nada. El Gobierno regional tiene competencia respecto de la veda del camarón, la gerencia de producción tiene que hacer suyo el tema. Los Municipios también tiene cuchara en este chupe, mercados y restaurantes están en su manejo. La Policía Nacional tiene que agudizar su vista y olfato, por sus narices pasan. La asociación de hoteles y restaurantes, tiene que vigilar a sus asociados y a los que no lo son también; finalmente, el usuario, el comensal, debe dejar de pedirlo y si se lo ofrecen, negar su compra o consumo, no está demás decir, ¿por qué lo hacen, no les da penita sacar tan chiquitos los camaroncitos?; acto seguido si vale, ir a denunciar a la policía. Creo que valdría la pena crear una Fiscalía referida exclusivamente al tema de las vedas de nuestros recursos. Ya está bueno de tener leyes que se incumplen, nadie se va a morir si deja de comer camarón, pero si es posible que no comamos camarón por siempre, sino controlamos nuestros apetitos y los negocios inescrupulosos.

SEÑOR PRESIDENTE

La presencia del Presidente de la Republica y de gran parte del Gabinete Ministerial en la provincia de Caylloma, oficiando un Consejo de Ministros, nos plantea de inmediato una agenda para decirla y así marcar una idea de lo que  Arequipa requiere, pero no en versión del Gobierno Regional ni de los Gobiernos Locales; esta versión va de parte del crecimiento y desarrollo regional, también,  de la mejora de la calidad de vida, de las coberturas sociales y oportunidades. Esta es una buena oportunidad para  plantear situaciones concretas, no para las cámaras, sino para  una real agenda de prioridades.
Arequipa ya está en la categoría de ciudades de más de un millón de habitantes, nuestro PBI ha crecido, pero no ha duplicado sus cifras, tomamos como referencia la última década. Viendo en detalle, la pesca tiene una participación ínfima, comercio, construcción, servicios y turismo, es lo que más ha crecido, lo cual nos califica  como una economía terciaria, en tanto que, agricultura (12%), minería (11%)  e industria (17%)  juntos, solo alcanzan un 40% del producto. En términos laborales (PEA), mantenemos un desempleo de cerca del 5% y un subempleo del orden del 53%. Estas cifras nos recuerdan que  fuimos cuenta lechera y que teníamos un parque industrial, que terminó siendo de guachimanes; la agricultura de andenería  quedó para la foto y la  ampliación de fronteras agrícolas, simplemente quedó a escala de tractor. La agricultura asociada con generación de energía de una mayor escala, sonó pretencioso e interesó también a nuestros vecinos cuzqueños, resultado, nada para nadie hasta hoy. La interoceánica y otras vías nacionales, tipo costanera, crearon una nueva configuración vial, que traducido, da un nuevo mapa económico-productivo-turístico del sur del Perú;  a la fecha solo sirve para pasajeros, nada más.
La calidad de vida es un tema pendiente que tiene que ver con la estrategia de inclusión social, visto desde la mejora de las coberturas sociales, alivio y reducción pobreza. Las oportunidades son otro tema ausente en nuestra agenda y que obviamente compete y compromete  más al Regional, sin dejar de mencionar al Gobierno Central. Inversiones en petroquímica, plantas del gasoducto, ampliación de fronteras agrícolas, valores agregados industriales, tanto para pesca como agricultura, infraestructura, equipamiento y servicios para un turismo sostenible, compromisos y competencias con responsabilidad social de parte de las instancias del Gobierno respecto de inversiones en minería aún pendientes, son prioridades que no solo corresponden y comprometen a la gestión pública, sino que involucra también al sector empresarial, a los subempleados y desempleados de nuestra  PEA;  lo planteamos pensando en las estrategias de inclusión social, en las políticas y estrategias de inversiones privadas, y por supuesto, en una mejor y  más eficiente, gerencia pública. Señor Presidente, los trabajadores, amas de casa, estudiantes, empresarios de todo tipo, profesionales, estamos convencidos que este es un buen momento de nuestro país y región, hoy es la oportunidad para mejorar y cambiar, se lo pedimos nosotros. 

miércoles, 23 de enero de 2013

TOLERANCIA CERO

Las estadísticas señalan al Perú como uno de los países donde se registran más accidentes de tránsito. Estos accidentes  son causados muchas veces por la informalidad de las empresas, la imprudencia de los chóferes y peatones, el mal estado de los vehículos y vías, además del incumplimiento del Reglamento Nacional de Tránsito. Empezar señalando un indicador de siniestralidad  y hacer referencia a  tolerancia cero,  nos pone en situación de alerta y los pelos de punta, ¿se cumplen?, ¿hacemos caso?, ¿de quién depende?

La temporada de verano evidencia muchos defectos nuestros en condición de  usuarios, transportistas, conductores, policías, inspectores y autoridades; basta ir a los terminales terrestres y darnos cuenta que alrededor de ellos funciona la informalidad del servicio de transporte de pasajeros, dicen que tienen autorización para circular. Pensaba  que solo iban a la playa, no, van a Camaná, Moquegua, Puno, Majes, Colca y cuanta ruta aparezca como oportunidad de hacer negocio; “a la gana gana”, es la estrategia para tomar pasajeros. Para dar cuenta de la irresponsabilidad de los conductores,  complacencia de  pasajeros, miopía de los custodios y ausencia de inspectores, los vemos cotidianamente en acción en la carretera,  la velocidad y temeridad es sorprendente, cosa de todos los días; los pasajeros, bien gracias.  Esto lo hacen las minivan, más conocidos como H1; también los buses, los que tienen counter y usan los terminales, pero que jalan también  pasajeros por fuera y paran cada nada.  ¿Será posible intervenir toda esta problemática de transporte?  Pienso en la SUNAT, alguna vez  fiscalizará a las empresas, habrá una Fiscalía de Prevención referida al tránsito de pasajeros, ¿cuánta responsabilidad le compete al Municipio Provincial y por supuesto, también al Gobierno Regional?  Lo cierto es que los fines de semana, la cantidad de vehículos  privados y de pasajeros  que salen y vuelven a la ciudad,  es impresionante; el  negocio está a la vista y el alto riesgo también.

En el Perú, para reducir estos accidentes de tránsito y acabar con la informalidad que rodea el sistema de transporte interprovincial, se puso en ejecución, el Plan Tolerancia Cero, luego se le planteó lo de tolerancia cero referida al consumo de alcohol, al final de cuentas, norma y más  norma para impedir informalidades y ejercer control, todo suena como  cero a la izquierda; este es un indicador más de letra muerta, de sacarle la vuelta a la ley, de no respetar casi nada, de mirar una señal que dice “máximo 80 km por hora” y hacer todo lo contrario, como que les recuerda a algunos que  están lentos y aceleran más.

La tolerancia cero desde el “usuario” es importante, bastaría no usar al informal, reclamar el boleto,  hacer cumplir el horario,  observar riesgos y velocidades exageradas, ver la seguridad del vehículo, etc. Necesitamos volvernos intolerantes para el cumplimiento de la tolerancia cero; hagamos algo de parte nuestra para que al menos  funcione y así reducir riesgos.

miércoles, 16 de enero de 2013

VIAJE A LIMA

Últimamente no he viajado a lima, quizás sea una ventaja por lo que voy a referirme,  muchas veces la recurrencia hace perder detalles y son justo los detalles los que nos interesan, muchas veces  los miramos y miramos y no los percibimos, pero, estos terminan siendo  molestias, causan dificultades y generan  problemas.
No tuve quien me lleve, así que  obligado  a llamar  un taxi vía teléfono, los que circulan así nomás, hay que mirarlos con lupa y huellas digitales, me cobró 20 soles. Quedé impresionado con el aeropuerto nuestro, el pasajero es la última rueda del coche, privilegian  negocios, reduciendo, obviamente, espacios para espera y comodidad de usuarios y acompañantes,  dicho sea de paso, no  es ningún favor, porque  cobran por su uso y pisada. En la antesala a la salida al avión, hice un cálculo a buen ojo, no da, por reglamento pudiera ser otro el aforo; allí nos miramos y codeamos fácilmente entre todos. Bueno, ya en el avión y a punto de despegar, viene la otra sorpresa, la pista parece a la  variante de uchumayo, a esa velocidad y con esos huecos, ya no diré pobre avión, sino además, pobres pasajeros; la tembladera  es terrible.  Ya en Lima encuentras taxis de todo calibre; veamos sus tarifas, del aeropuerto (fuera) al hotel (ida) 30 soles, del hotel al aeropuerto (vuelta) 40 soles, 55 minutos de tiempo cortando camino; taxis del hotel (Miraflores) al aeropuerto 90 soles, que diferencia. Es evidente que el aeropuerto Jorge Chávez ha mejorado, se le nota mejor dispuesto y acomodado para exigencias mayores. Tuve el atrevimiento de tomar un cafecito, lo hago habitualmente,  el precio mejor ni lo digo, menos mal que no lo acompañé con una media luna de algo, sencillamente me hubiera reclamado la billetera. Otro detalle, habitualmente vemos que a los buses  o minibuses de pasajeros les colocan otra fila más de asientos y se ganaron cuatro más,  en el avión creo que hacen lo mismo, no he crecido en estatura, pero al asiento delantero lo tenía en la nariz, la comodidad y el reclinable, un cuento. Para terminar este periplo, he usado aeropuertos de muchos países, pero en ninguno me han hecho quitar los zapatos para el control,  ¿lo harán para mantener limpio el piso a costa nuestra?
Creo que a pesar de nuestras mejoras en el tema de turismo receptivo y egresivo en general, necesitamos mejorar calidades en nuestros servicios aeroportuarios y terrestres;  los cobros que hacen no guardan relación por lo que se consume o se sirve, creen que el que hace uso de un aeropuerto le sobra la plata, no hay una regulación concertada, no pesa la calidad sino el precio que anda muy lejos de su costo, o quizás, les cobran demasiado por alquiler de espacios o servicios. El tema de los terminales terrestres es otro caso, allí hay que ser mandrake para no ser presa de más de un adiestrado en esos menesteres. Ya está bueno de abusos, hasta el próximo viaje.

martes, 15 de enero de 2013

ISLAY, LA PROVINCIA DE LAS OPORTUNIDADES

El desarrollo del país debe orientarse a lograr una mejor calidad de vida para los peruanos, siendo esta una tarea que le corresponde al Estado, en todas sus instancias, a la empresa privada, y a la sociedad en su conjunto. En esta idea, las agendas de desarrollo de los gobiernos locales, regionales y central, deben de plantear estrategias claras, sabiendo muy bien ¿qué somos? Y ¿cómo podemos? trabajar oportunidades respecto de la macro región sur como escenario. Tener una visión compartida y consensuada con todos, juega muy bien para todos.

La visión de las oportunidades nos lleva a pensar y plantear, ¿Cómo encaja la provincia de Islay en estos intentos, visiones y gestiones? Un inventario crítico de su infraestructura, equipamiento y capacidades, nos da una buena lectura para lo que se proyecta y necesita. Me detengo en el puerto de Matarani y veo buena ubicación, tecnología y vocación multipropósito, junto a él tenemos al terminal pesquero y un costado otro terminal pesquero artesanal. Recorrer el valle nos da cuenta de una agricultura que necesita ser ampliada y precisa definir su cartera de cultivos; el tema del mar nos lleva a la pesca visto y analizado por su trabajo artesanal e industrial, aquí se requiere compartir responsabilidades y nuevas estrategias, finalmente, el turismo de temporada, tiene que ir más allá del verano. De otro lado, Mollendo nos muestra la urgencia de acomodar su equipamiento urbano a retos e impactos mayores; Matarani requiere ubicar mejor a la población en una necesidad de reordenamiento territorial en la idea de tener un mejor hábitat y así poder ampliar espacios operativos al puerto y otros servicios logísticos. Visto en conceptos claros, Islay tiene pesca, agricultura, ganadería, turismo, industria, comercio y servicios, que sumados a su infraestructura vial, portuaria y férrea, da como resultado una buena posibilidad para emprendimientos, posicionamiento y capacidad para aprovechar las oportunidades que se le presentan. La mirada al valle de tambo en su conjunto, nos permite encontrar a Mejía, la Curva, Cocachacra, la Punta de Bombón, allí vemos la oportunidad histórica de poder ampliar su frontera agrícola, estructurando una cartera de cultivo, tanto de pan llevar como de productos para comercios fuera de la región; la estrategia del valor agregado en su producción, nos lleva a estrategias agroindustriales; no olvidemos que turismo y servicios se presentan también como buenos complementos.

Islay es una de las pocas provincias de Arequipa con variados componentes para el crecimiento y desarrollo; cabe indicar que el componente minero está y puede ser un valor agregado comprometido con la provincia, donde las responsabilidades sociales, empresariales y gubernamentales, tienen que ser una nueva forma de ver, operar y monitorear mancomunadamente. Visto en conjunto, los componentes tienen mejor funcionamiento y rendimiento cuando se tiene claridad respecto de su crecimiento y desarrollo, asumiendo todos, los compromisos y competencias visionadas y consensuadas, todo a partir de una adecuada y legítima relación entre Estado, empresa privada, sociedad civil organizada y población organizada. Islay necesita de un posicionamiento por ser origen-destino de la vía interoceánica y por querer ser un nodo articulador e integrador en la costanera de Tacna a Camaná. Islay necesita comprometer actores con su crecimiento y desarrollo, y estos, poder asumir gestiones y decisiones inteligentes; todos mirándose a sí mismos y luego levantando mirada juntos hacia la macro sur, el escenario.

La agenda del sur necesita ser internalizada por todos los comprometidos en una posibilidad de visión compartida que lleve realmente por un buen derrotero, donde lo público, llámese, gobierno central, regional, provincial y distrital. Sintonice básicamente con emprendimientos privados, sociedad civil, ciudadanía y población en su conjunto. Necesitamos tener los conceptos claros de lo que se quiere, de cómo hacerlo, con quienes, plazos y metas; también, necesitamos priorizar y estandarizar, criterios y estrategias en la pretensión de involucrarnos todos. La clave es “articulación e integración”, y solo se logra, construyendo ejes que no solo son viales, sino además, económicos, productivos, logísticos, servicios y formativos; con el agregado de poder capitalizar activos, recursos humanos y tecnología. Es claro suponer que lo que se necesita es posicionar el Sur, construir una agenda para el desarrollo resulta prioritario; para lo cual vale, infraestructura, equipamiento, políticas sociales, calidad de vida, legitimidad de gestión, capacidades para una gerencia privada moderna y responsable, una gerencia publica eficiente y eficaz en el escenario público, un capital social con aptitud y capacidad, responsabilidad social en el uso de los recursos, etc. En fin, todo en un modelo donde Estado, capital, trabajo y ciudadanía, decidan trabajar juntos. En este sentido Islay, con Mollendo y Matarani, todo el valle con, Mejía, la Curva, el Arenal, La Ensenada, Cocachacra, la Punta de Bombón; con pesca, agricultura, ganadería, industria, turismo, comercio y servicios, por ahora, asuman el reto de ser un nodo articular e integrador, ser un punto estratégico en la macro sur, un polo de desarrollo.

Las condiciones y requisitos para estas oportunidades; van de la mano con tener toda la infraestructura y equipamiento necesario, coberturas de servicios de agua y saneamiento, mejoramiento de indicadores de salud, educación, vivienda, pensando en la calidad de vida; actitudes y visiones compartidas respecto de su condición actual y de sus posibilidades, compromiso de actores comprometidos con estas visiones y compromiso de responsabilidades a asumir; esa es la agenda.

Estamos próximos al inicio de una nueva configuración del mapa económico-productivo del sur del Perú, y este se va ir generando por la sumatoria de una serie de elementos que definitivamente le van a marcar una ruta en este escenario. Islay es importante, lo cual obliga a tener una visión de desarrollo clara que fije posicionamiento, se plantea para el caso, un enfoque de gestión que se exprese en infraestructura, equipamiento y capacidades, además, competitividad e innovación. El tema es ¿cómo hacerlo?

La visión de desarrollo, tiene que ver con un escenario que necesita, gasoducto, petroquímica, una agricultura moderna, hidro-energía, una minería con valor agregado, que genere más ingresos y oportunidades, una infraestructura vial y portuaria con posibilidades de buen soporte futuro, una provincia de islay, que articule e integre mercados competitivos, un escenario propicio para acoger a nuestros jóvenes en una sociedad del conocimiento, finalmente, la construcción de la marca provincial que la distinguirá definitivamente.

Este desarrollo económico establece también sus prioridades, nuestra agricultura pasa por temas de infraestructura de riego, tecnología y cartera de cultivo, agroindustria y agro exportación; la pesca busca adecuar infraestructura de embarque y capacidades de almacenamiento y frio; la minería obliga a la incorporación de formas controlables, compromisos empresariales, sociales y gubernamentales, el turismo, se presenta con buen pie por su vocación generadora de empleo y el uso adecuado de recursos y atractivos turísticos, que no solo deben de ser de verano, sino, ir más allá de la temporada.
Las oportunidades requieren de logística y servicios, ese es un componente necesario para lo cual requiere de capacidades, la tarea es hacerlo y el compromiso es de todos, cada quien con sus posibilidades, con sus competencias, con sus responsabilidades. Islay es la provincia de las oportunidades. ¿Qué falta y que se necesita para serlo?

QUEREMOS SER FUERTES Y PODEROSOS

Pocas veces hemos hecho el intento de crear visiones con buen futuro y que estas sean compartidas, consensuadas, decididas y ejecutadas. La Provincia de Islay, con su capital y distritos, con sus recursos naturales, con todo lo que posee y con lo mucho todavía por hacer y tener, necesita ser puesta en la vitrina de las expectativas, de las oportunidades.

Para factibilizar la visión de lo que queremos para Islay, requerimos tomar como instrumentos de gestión conceptos y categorías necesarias para su real posibilidad, como son: articulación, integración, vinculación, flujos, concentración, densidades y dispersión; direccionamiento, calidad y valor agregado. También, productividad, competitividad, innovación y capacidades. No son términos de otros mundos ni de otras economías más desarrolladas, son categorías que necesitamos usarlas para poder concretar nuestra visón de Islay, la provincia de las oportunidades.

Desde un desarrollo eminentemente espacial, la ubicación de la provincia es estratégica; en los últimos años han concurrido a su dinámica, nuevas redes viales que le dan buen acomodo y comunicación. Interoceánica, costanera, panamericana, binacional, son vasos comunicantes de flujos económicos, productivos, comercio, turismo, etc.

Los recursos del sector primario están en inventario, no hay pasivos pesados, pero si deudas que evitar. La pesca aparece como la privilegiada por su riqueza, pero no tan apreciada por su explotación y manejo poco adecuado a vista de condiciones ambientales actuales. Peces, crustáceos y algas son explotables, hace tiempo que se perdió la maricultura, como se perdió las machas. La pesca sigue siendo contrastante por lo alto de algunos rendimientos y deplorable por condiciones de calidad de vida del sector laboral; sigue siendo deficitario su infraestructura y equipamiento, falta frio, no de cámaras transportadores, sino de conservación en punto de desembarque. La pesca necesita tener la oportunidad de su destaque e incorporación como componente importante.

Los recursos primarios también están representados por la ganadería y agricultura, allí hay un tema pendiente de ampliación de frontera agrícola, de cartera de cultivo, tecnología, innovación y comercialización. Islay puede ser el gran centro de producción agrícola-ganadero, agroindustria y agro exportación, condiciones no le falta; agua y tecnología de riego son importantes.

Siguiendo con los recursos, no hay petróleo, no hay gas, pero si hay recursos mineros. El tema requiere de hacerlo sensible, no por lo bueno o lo malo, sino por lo que puede representar para la provincia tener explotación minera. El tema del recurso minero, su extracción, procesamiento, traslado, tiene que ver con la empresa y su responsabilidad operativa, le compete también al Estado a través de sus sectores competentes, Ministerio de Energía y Minas y del Ambiente, tiene que ver el gobierno local y sobre todo el Regional, con sus gerencias de línea, tiene que ver a Autoridad Nacional del Agua, tiene que ver todos los sectores comprometidos con la provincia, pesca, agricultura, ganadería, comercio, servicios; tiene que ver las instituciones representadas en su sociedad civil, tiene que ver la población en el ejercicio de ciudadanía; tiene que ver información, transparencia, autoridad, legitimidad de acciones y decisiones, representaciones consensuadas, legítimas y con autoridad, etc. O sea, tiene que haber condiciones adecuadas para decidir por consenso y legitimidad.

El sector secundario da cuenta de una construcción muy pujante y oportuna por lo que se está haciendo, habilitando y creciendo. La industria tiene pendiente plantear valores agregados a lo producido en la provincia. El sector terciario, o sea servicios, es el más dinámico de la economía no solo de Islay sino de toda la región.

Pensando en educación para la vida y educación para el trabajo, Islay, por todo lo dicho, planeado y visionado, necesita de un “Centro para las capacidades, productividad e innovación”; donde los requerimientos de agricultura, pesca, industria, comercio, servicios, turismo, minería, sean capacitados en un formato técnico y muy específico. La formación es importante, educación y desarrollo es una alianza estratégica irrenunciable.

Queremos mirar al sur con mucha expectativa de lo podemos ser capaces de hacer y lograr; en ese mismo sentido queremos que nos miren con mucha posibilidad, por lo que pueden encontrar y hacer, ambos va de la mano con lo que tenemos planeado como visión de provincia. Islay debe de ser una provincia muy funcional para toda la región Arequipa y para la macro sur.

MARCAS QUE DISTINGUEN

La marca se usa para distinguir, identificar y calificar; hay en ella la idea de comunicar una identidad, que en si es un valor. Viéndolo en retrospectiva, solo queremos lo que conocemos y mucho de lo que conocemos lo hemos identificado y guardado en nuestra memoria colectiva. La marca, es un nombre, término, signo, símbolo, diseño o una combinación de estas cosas, cuya intención pasa por identificar y distinguir, una señal de identidad. En todo este proceso, se produce la “economía comercial del mercado de marca”.

Cuanto de lo dicho tenemos en la provincia de Islay; que posibilidad tiene de pasar de una denominación a una marca identificadora, pensada y usada con fines eminentemente estratégicos. La idea es, identificar un poderío, una capacidad que la diferencie; para lo cual vamos a usar denominaciones conocidas de la provincia y como a partir de ello, podemos transformarlas en marcas identificadoras que den soporte a un nuevo posicionamiento de Islay, el punto de vista toma en cuenta sus potencialidades y oportunidades.

Veamos como construimos las marcas que deben de distinguir a la Provincia de Islay. Antes que Matarani, Mollendo era el puerto y tenía pegado una denominación, el muelle; la identificación lo daba la infraestructura, la cercanía de la estación del tren, las embarcaciones que servían para trasladar las mercancías de los vapores al muelle, las grúas que las colocaban a piso de muelle, sin olvidar por cierto a la aduana…. Esa es a grandes rasgos la identificación histórica del muelle de Mollendo. Hoy la denominación de puerto va colocada a Matarani, que además denota ser moderno y bien equipado. Matarani, tendría la marca de ser “el mejor puerto del sur del Perú”. A Mollendo le corresponde elevarla a la categoría de Ciudad, o sea, la Ciudad de Mollendo; lo de puerto es historia.

Otra denominación usada para Mollendo es la de balneario, claramente identifica el mar, las playas y obviamente el verano como estación de calor. Los otros meses, las otras estaciones, salen de identificación y no marcan al otro Mollendo. El concepto de balneario tenemos que insumirlo en el de “destino turístico”. Ciudad, valle, playas, gastronomía, infraestructura, equipamiento, servicios y conectividad dan cuenta de esa posibilidad. Los recursos, sus productos y servicios turísticos le van dando forma a un destino que se presenta con mucha potencialidad.

El santuario nacional, lagunas de Mejía, está situado en la costa de la provincia de Islay, con una extensión de 690.6 Ha. de humedales en la desembocadura del río Tambo; reviste enorme interés por ser una de la estaciones para aves migratorias más importantes en toda la costa peruana. En el Santuario Nacional Lagunas de Mejía, es posible encontrar 141 especies de aves, de las cuales 84 son residentes de la costa peruana y 57, migratorias, o sea que se las encuentra en esta zona sólo en una determinada época del año, en su afán de escapar del crudo invierno de otras latitudes. De las migratorias, 17 llegan a Mejía de otras partes del Perú, 4 de otros países de Sudamérica y 34 desde América del Norte. Este es un ejemplo de como siempre se le llamó, las lagunas de Mejía, hoy tiene la categoría de santuario y tiene su propia normativa, es un obligado referente para estudio y uso eminentemente turístico. De lagunas a santuario, es el paso a la Marca.

El valle de tambo, conocido así genéricamente, tiene a Mejía, la Curva, la Ensenada, el Arenal, Cocachacra, la Punta de Bombón; son denominaciones e identificaciones muy reconocidas. Una segunda identificación lo da la agricultura y ganadería, y de antigua data, el ingenio azucarero; el santuario nacional está en el valle. El rio Tambo ha marcado al valle, sus producciones han ido variando en el tiempo, se ha reducido sus espacios agrícolas, pero, no olvidemos que su posibilidad de crecimiento y expansión, es mucho más de lo que se cree y piensa. Al valle hay que marcarlo como el “centro de alta producción agrícola-ganadera”, lo de “valle dulce”, es algo histórico. En la denominación de marca, tiene mucho peso la producción; lo agrícola-ganadero necesita de innovaciones y productividad, siendo el valor agregado industrial lo que le daría la categoría de valle agro-industrial.

Una rápida lectura de la infraestructura vial da cuenta de una posibilidad. La costanera de Tacna a la Punta de Bombón, el tramo de Matarani a Quilca-Camaná, confirmaría un corredor importante. La vía interoceánica, tiene ramales que llegan y van desde Ilo, Matarani y Marcona, que sumado al corredor antes mencionado, dan una categoría muy singular y oportuna a la provincia. Juntemos los componentes para dibujar un nuevo mapa. Interoceánica, costanera, vía férrea, puerto; y por el lado de las vocaciones, agricultura, ganadería, pesca, turismo, comercio, servicios, minería. Todo junto y obviamente muchos componentes más, identifican una plataforma de producción, de servicios, de logística. No es nada extraño ni iluso por lo tanto, decir: “Islay, la plataforma articuladora e integradora” de la costa sur.

Como vemos el tema de la Marca provincial pasa por marcas específicas que le suman y le dan poderío a la marca mayor. Cada marca es una construcción, tiene en sí mucho de contenidos que precisan ser trabajados en todos los niveles y por todos los actores comprometidos con este nuevo emprendimiento. El mejor puerto de la costa sur, ciudad de Mollendo, santuario nacional lagunas de Mejía, centro de alta producción agrícola-ganadera, valle dulce, Islay, la plataforma articuladora e integradora de la costa sur, son las denominaciones nuevas que necesitan ser las marcas futuras.

ASUMIENDO RESPONSABILIDADES

Por todo lo dicho y poco hecho hasta ahora, requerimos ponernos a pensar en cómo hacer reconocimientos históricos bajo la modalidad de puesta en valor patrimonial, cómo creer que Islay debe de ser la provincia de las oportunidades y en esa perspectiva, querer ser fuertes y poderosos, así también, como dejar de lado denominaciones y construir marcas que identifiquen identidad y capacidad, y por supuesto, mucho más que suma a lo que creemos debe de ser la agenda irrenunciable a llevar a cabo en la provincia de Islay.

Como pasar del discurso a la acción en una coyuntura de crecimiento económico pero con débiles insinuaciones de indicadores de desarrollo. Lo que se quiere en particular es pensar para la provincia de Islay, la posibilidad de un crecimiento con desarrollo; donde la producción, lo social, el hábitat, las autoridades, las empresas, la población; estén sintonizados en una misma visión. Este es el reto de las responsabilidades.

Islay necesita ser intervenida en estricta competencia por las autoridades públicas elegidas. Un plan de desarrollo proyectado para los próximos 30 años nos da idea clara de la ruta a seguir en términos de planeamiento urbano, desarrollo de infraestructura, equipamiento y servicios. Esta es una responsabilidad del Gobierno Regional y Gobiernos locales, que le corresponde a cada quien planear y hacer. De solo pensar en el recurso hídrico, agua, nos lleva a visionar una provincia con 300 mil habitantes, ampliación de la frontera agrícola al doble de lo actual, usos industriales por más plantas procesadoras y uso minero también. Esa es una prioridad y su uso también tiene prioridades. Las coberturas de agua, desagüe y saneamiento, todavía no cubren densidades actuales, las plantas de tratamiento son priorizadas. Cómo manejar educación y salud, todo en un claro propósito de mejoramiento de la calidad de vida de la población.

Islay necesita tener una población organizada y bien informada, para poder situarse como actor importante de su crecimiento y desarrollo. Todo lo que supone el quehacer cotidiano, económico, productivo, social y cultural, debe de ser conocido sobre la base de buena y adecuada información. Lo público y lo privado de fusionan en el pensamiento de los actores; y todos con objetivos claros de lo que se quiere para Islay. Es importante construir ciudadanía responsable, así como sector público responsable y empresas con responsabilidad social.

La visión de lo que queremos para Islay, supone compromisos y responsabilidades, el mapa de actores tiene claro libreto de lo que hay que hacer. Estado, empresa privada, sector laboral, sociedad civil, población organizada; todos necesitan tener una visión compartida y a partir de ello, poder generar consensos respecto de sus participaciones y responsabilidades.

COCACHACRA, MARCANDOLE LA RUTA.

Tener una línea de base, hace que dispongamos de información oportuna para la toma de decisiones, regla de oro número uno. Se ha reseñado un conjunto de conceptos que marcan la intención de darle a la provincia de Islay una visión de futuro, concluyendo que es la provincia de las oportunidades. Se ha resaltado indudablemente a Islay como provincia y a Mollendo y Matarani como dos referentes importantes en este visionado proyecto de desarrollo. Pero, la lectura de Islay (Mollendo-Matarani) es una, y la del valle con Cocachacra, es otra, veamos.

Cocachacra necesita ser un referente del Valle y de la provincia de Islay; aquí se requiere construir una estrategia de desarrollo que vaya más allá de las obligaciones legales, en la cual se señalen un conjunto de ideas fuerza que dan lugar a la definición de sus lineamientos estratégicos.

Que se necesita para tener claro un desarrollo que asegure que sus diversos programas estratégicos, cumplan con los objetivos específicos de cada uno de ellos. Su desarrollo económico tiene que ser pensado sobre la base de una competitividad regional, lo social y su equidad va de la mano con la estrategia anterior, así como, la cultura y su diversidad, son necesarios para un país con mucho mestizaje y a veces intolerancia. El desarrollo ambiental y su sustentabilidad, tiene que ver con la organización de su territorio e infraestructura, no dejando de lado que para hacer posible todo lo anterior, es prioritario su desarrollo institucional.

Esta estrategia de desarrollo para Cocachacra se da a partir de un dialogo con la población, los organismos del Estado, las empresas privadas y todo aquel que crea en posibilidades reales de desarrollo para su distrito. Los lineamientos estratégicos para Cocachacra tienen que ver con el desarrollo de cadenas productivas locales en la idea de promover empleos de calidad, tiene que ver con una gestión del Estado participativa y eficiente, poniendo énfasis en el desarrollo espacial y territorial, tiene que ver con la integración y articulación de Cocachacra con su Valle, con su provincia y con su región, tiene que ver, también, con un capital humano, que es la base de la competitividad, innovación y productividad; tiene que ver con ciencia y tecnología para el desarrollo económico, social, productivo y ambiental, además, de hacer un uso eficiente y sustentable de sus recursos naturales; finalmente, se pretende asegurar con todo lo dicho, calidad de vida y protección social.

La competitividad, productividad, innovaciones y desarrollo de capacidades para agricultura, ganadería, pesca, servicios, turismo, comercio, industria de procesos y valores agregados, gestión de cadenas productivas y comercialización, logística, etc. Tiene que ver con educación y fomento de capacidades. Un Centro de innovación tecnológica se hace necesario en Cocachacra, el cual posibilitará el uso de capital humano adiestrado para todos estos requerimientos y los otros más de la provincia en su conjunto. La ruta que tiene que marcar Cocachacra, necesita de este Centro, la provincia de Islay también lo necesita, pero tiene que estar en el centro del valle.

En el criterio utilizado para las marcas que definen identidad, estrategias y operaciones, sería este un agregado más de identificación: el “Centro de Innovación tecnología del valle”, está en Cocachacra. Si para el futbol alguna vez funcionó, si se puede, para Cocachacra, todo es posible, depende de todos.








































miércoles, 9 de enero de 2013

PRIVATIZANDO SAN CAMILO

Esta es la segunda vez que me refiero al Mercado San Camilo, la primera fue en ocasión de la aparición de los Malls, sus efectos competitivos y futuro; hoy, el tema es su posible privatización; vale la pena plantearle a San Camilo, un “rescate”, lo digo como arequipeño y lo digo también porque, es un emblemático e histórico  centro de abastos.
Que debiera de salir  y que debiera de quedar en San Camilo; difícil y complicada propuesta pero necesaria para su  permanencia o  salida del “mercado”. Demos una mirada y a ver que encontramos: la sección de carnes rojas, pollo, pescado y menudencias, deben de salir, no se tiene tecnología de almacenamiento  en frio, su manipulación y expendió,  no está  acorde  con  lo que debería de ser esa sección,  el hacha, tronco y balanza con truco, son historia; hoy el corte y empaque sellado,  definen la compra,  la sanidad, exige el valor agregado en las carnes de todo tipo. La sección  frutas es  la mejor expresión de nuestra gran diversidad, las verduras necesitan ser mejor manipuladas, conservadas y presentadas. Somos una  cuenca lechera y nuestra variedad  de quesos, yogures, natillas, cuajadas,  definen solos una sección.  El sector de juguerías tiene el reto de ampliar su carta con componentes agregados para sabor, color y nutrientes, pero, junto a la sección de sándwich, papas rellenas, empanadas y salteñas.  En la sección de medicina tradicional, los herbolarios pueden combinar bien con una propuesta agregada de mates, tizanas, emolientes y demás hierbas. Otra sección importante es la de panadería,  tendría que fusionarse con pastelería y tortas;  los olores, sabores y colores  serán un nuevo distingo, las  frutas, verduras, hierbas y preparados, están para ser ofertadas.  Se necesita recuperar y relanzar el otrora  famoso “Inter” del segundo piso, su carta y precios, lo recuerdan y marcan;  las flores y armados, son preferibles para agasajar a alguien y no tanto para nuestros muertitos. A tanto sol, luminosidad e insolación, la sección de sobreros, gorros y demás protectores, deben de ser otro distingo para así poder recobrar la cultura del uso del sombrero. En fin, cosas más, cosas menos, San Camilo necesita una transformación total, previa evaluación interna y externa hecha profesionalmente y sin apasionamientos; además, deben tener el convencimiento  de no temer al cambio y  hacer suyos conceptos como,  calidad  de servicio,  seguridad,  higiene y  presentación.  “solo  en San Camilo lo encuentra”, puede ser  un  lema.
Esta es una labor necesaria por lo que San Camilo significa para Arequipa, vale su recuperación y lanzamiento para un escenario muy competitivo;  este emprendimiento  tiene que ir acorde con esta nueva Arequipa,  que se muestra pujante, con otro paisaje urbano, crecimiento económico, mucha dinámica y servicios.  Finalmente, San Camilo es un reto que compromete  mucho a su entorno, ¿será posible pasear por Víctor Lira, alto de la Luna y bajar por Perú, alguna vez?, eso importa también.



martes, 8 de enero de 2013

TEMA PENDIENTE


Tema recurrente y endémico en nuestro país y región, sobretodo, viene a ser el de la seguridad; mal llamada así, en tanto, todo parece estar poco o nada seguro. Este es un problema que ha pasado por mil intentos en términos de solución, pero nada hasta hoy da cuenta de esa intención. En el listado de estos intentos, necesariamente están implicados todos los actores componentes de todo este sistema llamado, seguridad ciudadana.

La seguridad ciudadana tiene que ver con el Estado,  siendo la Policía Nacional su principal fuerza operativa; tiene que ver también con el Ministerio Público y el de Justicia.  Los gobiernos locales, en los últimos años optaron por sus propios efectivos, creando el serenazgo; el Gobierno Regional, también participa de esta iniciativa. La ciudadanía en el tiempo ha hecho múltiples expresiones de intervención, desde las rondas, que es una experiencia del mundo rural campesino, hasta tomar la justicia con sus propias manos. Hoy la tecnología participa también en seguridad a través de cámaras de vigilancia y comunicaciones.

El tema de la seguridad, llevada al terreno del espacio público, nos permite identificar en primer instancia al ciudadano, llámese, escolares, universitarios, amas de casa, trabajadores en espacios privados, trabajadores de la calle y demás actores urbanos. También  son componentes de este sistema de (in)seguridad, los delincuentes, cuyas denominaciones son: secuestradores, violadores, ladrones, reducidores, etc. estos delincuentes tienen formato a veces artesanal,  trabajan  con mediana y sofisticada tecnología, laboran individualmente y en grupo, y por supuesto, están organizados; los resultados dan  cuenta que ellos,  idean, planifican y ejecutan.

En este escenario de acción, los ciudadanos en calidad de víctimas, bien gracias, los ciudadanos en calidad de delincuentes, haciendo de las suyas. Lo hecho, previsto y accionado hasta hoy, no da resultados en términos de  tranquilidad ciudadana. Vemos más policías en la calle,  más cámaras, más patrulleros, serenazgo, intensiones, normas, leyes, etc. pero todo sigue igual y peor en algunos casos. Sería ocioso señalar que las combis siguen pasándose la luz roja, los taxistas siguen haciendo de las suyas, en la carretera no hay seguridad de nada, además, creen que los semáforos por si solos, regulan el flujo vehicular y peatonal; ni hablar.

Creemos que la seguridad ciudadana debe de ser prioridad número uno, debe ser tan importante como los números en azul de la economía o mega obras siempre anunciadas y hasta hoy nunca realizadas. Arequipa, por donde se le vea es insegura, hay  obligación de actuar en conjunto, con autoridad y legitimidad, porque es una  “responsabilidad social de todos”. Devolvamos la sonrisa y confianza al ciudadano, quitemos la sonrisa al delincuente, generando en el, temor y preocupación. Recuperar  el espacio público, es un buen indicador para empezar a confiar. Policía, ciudadanía, seguridad, autoridad, estrategia;  son conceptos-componentes que necesitamos que se encuentren, ¿será posible este año ver la luz de cierta tranquilidad para miles de arequipeños?