martes, 28 de febrero de 2012

TARIFAS DE TRANSPORTE Y USUARIOS


Cada vez que sube el precio de los combustibles, suena el campanazo de la suba del precio de los pasajes del  servicio de transporte público de pasajeros;  enunciado tan conocido que a veces  lo damos  por aceptado  entre jalones y tirones, al cual acomodan la oferta y demanda, no a la ley del mercado, sino a un concertado acuerdo,  pretendiendo  manejarlo a interés  de parte,  con  presiones de tipo gremial (transportistas) y de otros  siempre oportunos;  lo cierto es  que el tema de las tarifas de transporte, es parte de un tema que hasta la fecha  no ha  sido resuelto y que se llama, crisis del sistema de transporte en nuestra ciudad.
Es necesario acomodar los componentes de este problema llamado transporte público de pasajeros;  de un lado están los transportistas, que son el de público masivo, en formato,  microbuses, minibuses y buses y de otro lado,  los taxis;  otro componente, es la autoridad que administra la ciudad,  nos referimos a la Municipalidad Provincial de Arequipa y los Municipios Distritales,  el tercer componente, obviado, olvidado e ignorado es el “usuario”. Este usuario va desde escolares, universitarios, trabajadores, amas de casa y cuanto ciudadano de esta ciudad que desea  usar el servicio de transporte público masivo y taxis.
Acomodados  y  reconocidos los componentes de este sistema de transporte, debemos de ponerlos en situación de reglas de mercado, o sea la ley de la oferta y demanda. Podemos usar el criterio de mayor demanda de necesidad de asientos para traslado o también el de una sobreoferta de asientos respecto de la demanda de los mismos. Este criterio es válido, para establecer un precio por  el  servicio  de transporte, pero  hay indicadores que distorsionan esta regla de mercado, como es el sistema de taxis. Cuanto de unidades de transporte masivo debiera de existir en función de demandas crecientes, cuál de las tres formas de transporte masivo es el más adecuado para nuestra  infraestructura vial de transporte;  de igual manera, cuantos taxis debieran de estar en servicio, cual debiera ser la relación entre transporte masivo (formato optimo) y la cantidad de taxis.  Esta relación no adecuada entre transporte  masivo y taxis, es lo que no permite dejar a regla de mercado el establecimiento de tarifas de pasajes y precio de carreras  de taxis. Pudiera leerse que aparentemente hay una sobreoferta de transporte respecto  de la demanda. Pudiera ser también que el equilibrio tendría que darse en el transporte masivo respecto del precio, acomodando mas unidades de formato optimo  y así establecer el equilibrio de oferta y demanda;  lo cual ya nos indica que quien está distorsionando todo, es el  sistema taxis, quienes son lo que cubren ese faltante de oferta de parte del  transporte masivo.
Si la autoridad no participa en esta  distorsión de mercado, si los transportistas en general no diferencian componentes  participantes (masivo y taxistas),  difícilmente podemos arribar a alternativas adecuadas en tanto se obvie al  “usuario”, quien es el demandante y beneficiario del  servicio. La defensa del consumidor de transporte masivo y taxismo, no la está asumiendo el mercado  con  sus reglas, ni el usuario con su opción de consumo; el tema  es tener escenarios de competencia, administración de ciudad, ofertantes con capacidades para buenos servicios y usuarios demandantes, con opciones de decidir ofertas de asientos.


lunes, 27 de febrero de 2012

TEODORO NUÑEZ URETA – amor por lo vivido.


Se cumple el centenario del nacimiento de Teodoro  Núñez Ureta; autodidacta, condición que decía de sí mismo, pero,  también,  formado en ciencias, letras y artes, en la Universidad de San Agustín, donde fue alumno y Docente. “Toto”, forma cariñosa como se le llamaba, da cuenta de testimonios  de  Arequipa, expresados  en  dibujos,  decía  que el arte aparece y no se puede evitar;  en su producción resalta
Arequipa,  con su Misti,  sus  colores, el crepúsculo,  su gente, paisajes  y escenarios,   motivo más que suficiente por  lo que tanto la pintó.  Vivió épocas que  fueron  bastantes  movidas  por  la  política, donde  la protesta  fue parte  de la afirmación de país, y que él,  indudablemente,  quería contribuir;  creía  en formas limpias y puras de hacer política y creía que esa debía que ser también, la misión del  artista. Le gustaba  el humor y lo hacía con dibujos y letras, y es precisamente  a través del humor, que los políticos se presentan como inspiración  para  el  mensaje  expresado en  arte y este  ser llevado a interpretaciones y consumos,  que  identifican  coyunturas especiales  vividas tanto en nuestra ciudad,  como en el   país.
No puedo evitar mencionar al artista-pintor-muralista, y el énfasis de muralista consagra su concepción  de la vida y su  interpretación del mundo. “Toto” demuestra una consecuencia artística porque pintó a su país como era, porque su arte no era receta, no era libro, era espíritu. Decía: cuando se pinta un cuadro, se lo guarda el que tiene dinero en su casa y lo ostenta; en cambio, el mural, tiene la ventaja de ser visto por mucha gente, es tener la satisfacción de pintar algo que todos pueden ver, que puede estar cerca a los demás y entender a los demás; los murales, sus murales, son la síntesis del país, es el amor por lo que ha vivido, amor por lo vivido. Ser  muralista  no es una etiqueta como solía decir; haber visto a mexicanos de la talla de Siqueiros, Rivera, Orozco, tanto en  espacios  dedicados a la exposición de arte, como en escenarios a lectura abierta, como los de la Universidad Autónoma,  emociona sobremanera, por mi condición de ser Sociólogo y  tener cerca lo social, siendo este el escenario  inspirador para los artistas  mencionados  y del mismo “Toto”, allí encontramos  lo vivido, el  testimonio de consecuencia,  no  solo de arte, sino el  compromiso  de querer a la patria y procurar que el hombre en el Perú  pueda encontrase.
“Toto” no solo es él, es también su descendencia, donde los oficios de pintores, dibujantes, caricaturistas, orfebres, miniaturistas, escultores, muralistas, escritores, dan cuenta de sus hijos, Alonso, Álvaro, Beatriz, Lucy, Teodoro, como también de sus nietos, familia de artistas referidos por la vena del padre y abuelo.
Sea  este  un pequeño  alcance de alguien que recordarnos en su centenario de nacimiento  por gratitud; el merecimiento de elevarlo a la categoría de Arequipeño Ilustre, es no solo por el inventario de lo hecho y dicho,  es  por necesidad de  tener  referentes  que expresen testimonio de vida y consecuencia por lo vivido. Teodoro  Núñez Ureta,  es un mural que expresa la síntesis del  Perú  y el esfuerzo para hacer país.

martes, 21 de febrero de 2012

AGUA DE LLUVIAS, PISTAS Y REPRESAS



Traemos a colación,  por razones  de la eventualidad,  el  tema  agua, pero el agua de lluvias, y la razón  está en la temporada fluvial,  cuyas precipitaciones  han alterado nuestro habitad; no solo llueve  en nuestra ciudad, sino en  locaciones altas  cuyas correntadas son derivadas para alimentar  al sistema  de  represas, generando a continuación,   la cuenca del  Chili;  rio regulado, que hoy  no  consuela  para nada decirlo  porque,  justamente, por  no haberlo  regulado  antes   y  precisamente,  pretender  hacerlo en  plena temporada,  es que se genera un peligro evidente en su recorrido, tanto por nuestra ciudad, como por espacios rio abajo, dedicados a la agricultura;  hecho que obliga a soltar cada vez más agua,  para  no producir reboses  por encima de sus capacidades.
El tema de las lluvias, almacenamiento en represas, uso regulado de sus aguas para consumo humano, agricultura, industria y minería, así como trabajos en anticipo de temporada de lluvias tratando de descolmatar,  para que no se pierda en el tiempo el cubicaje de almacenamiento,  siempre tan necesario; nos lleva al escenario critico hoy de estar  en alerta, respecto del  soporte de almacenamiento de las represas y la consiguiente obligada descarga con los riesgos que ello supone. Lo cierto es que no tenemos un plan respecto de represamiento de aguas tanto de altura, como de plano intermedio y cotas bajas, con sus respectivas derivaciones,  que  objetivamente permita  aprovechar  al máximo, el líquido elemento  y no expectar siempre,  su desembocadura exagerada en el mar.  Aquí  tenemos un tema pendiente y obligado por los efectos que significan el cambio climático, referido al agua de  lluvias.
El tema de lluvias también lo llevamos a las pistas de la ciudad,  y aquí  aparece otro gran problema,  tiene corte histórico por el tiempo transcurrido y por lo que significa la gestión municipal  de nuestra ciudad. Las lluvias nos  muestran, nivel  a nivel,  paño a paño, reparación  tras reparación, asfalto tras asfalto,  y demás, capas y capas; como las distintas administraciones municipales  hasta hoy, han  hecho todo lo que nunca debió hacerse respecto del diseño, material, trabajo, mantenimiento y protección de casi todas las pistas de nuestra ciudad, llámese en extenso, avenidas, calles, pasajes, puentes, pasos a desnivel, torrenteras, además de, infraestructura de agua, desagüe y alcantarillado como  también energía eléctrica.  Realmente  lo que hicieron no fue construir Arequipa sobre la base de un plan de desarrollo urbano;  pareciera ser que el plan era,  destruirla paulatinamente.   El objetivo evidente de todos fue, hacer, hacer y hacer, ¿cómo lo hicieron?, bueno, los resultados  son  tan  objetivos, que  nos  genera sentimientos de culpa,  por haber  depositado nuestra  confianza  electoral  a gestiones que parecen haber sido adiestrados en combate en ciudad, y no en, construcción de ciudad y su habitad.  Las lluvias, que no tienen la culpa, nos recuerdan  algo  que solo los arequipeños sabemos:  enero poco, febrero loco y marzo poco a poco, obvio  que no es un fenómeno reciente, como para jalarse los pelos por la mala suerte, las pistas y demás infraestructura, son el reflejo de lo mal que se ha trabajado. Ya es tiempo que Arequipa inicie su verdadero plan de desarrollo urbano y no querer una vez más,  juntar agüita  para soltarla luego  o  jugar a hacer pistas para volverlas a hacer.

miércoles, 15 de febrero de 2012

COMO Y QUE, ESTRATEGIAS CONTRA LA VIOLENCIA


KATHERINE ESPINOZA LOAYZA – WALTHER SALAS RAÁ
El evidente que la pretensión  del MOVADEF de  inscribirse como partido político legalmente, ser reconocido por el Estado como componente de su sistema electoral, pretender tener una vida orgánica visible con puerta a la calle,  decir a todos, aquí estamos véannos, reconózcanos y confíen en nosotros;  ha generado la reacción de distintos sectores de la sociedad, más por efecto mediático, que de ciudadanía y condición de ser peruano con memoria e identidad. Al parecer el consenso se sitúa en darle la batalla ideológica en todos los frentes, no solo en el normativo electoral de requisitos, registros e ideario.
El tema  alude en forma directa a los partidos políticos, los mismos que protagonizan la escena política, en su condición de intermediarios, entre una clase política y el conjunto de la sociedad,  lo es también, por su inexistencia orgánica permanente y sus crisis de coyuntura electoral. Lo cierto es que no hemos tenido sostenibilidad política a través de partidos políticos, al menos en los últimos años; ha habido una mutación en escenarios, la capital de la república, dejó de ser importante y decisoria, y fueron las regiones y provincias, con sus movimientos locales y regionales, los nuevos protagonistas, vencedores y gestores de la administración pública.
La   sociedad organizada por su lado, ha asumido el tema de la violencia política en el Perú, de manera indistinta y de acuerdo a como le  tocó  vivir los años del terror. Finalmente, el Estado peruano ha tenido una postura poco clara y tímida, respecto de la violencia expresada en formato político-partidario, de corte clandestino e informal, y con inevitable presencia histórica, por lo dicho, hecho y sus resultados.
Uno de los retos que se le presenta al gobierno actual, es el de proteger y fortalecer el sistema democrático desde los distintos niveles y órganos de competencia, siendo el sector educación uno de los más importantes. ¿Quién lo hace? ¿Cómo? ¿Con qué? La ministra menciona, que esto se hará a través del Diseño Curricular y los textos escolares, tarea que es importante, pero insuficiente dadas las carencias de metodologías de enseñanza – aprendizaje de muchos maestros en el Perú. El cómo en educación, implica tecnología educativa; nos remite a la interacción que se produce al interior del aula entre educandos y maestros, al proceso que debe desarrollarse en un adecuado clima emocional de aula, utilizando materiales concretos, interactuando en equipos de trabajo, donde el docente es solo el mediador del proceso de aprendizaje y no el poseedor de la verdad, esto supone democratizar el aula, precisamente para abordar un tema tan importante como la violencia y su impacto en el sistema democrático peruano. Es lógico suponer por extensión, que teniendo claro lo didáctico y pedagógico, falta añadir el contenido, el significado de un enunciado.  En que parte de la escala de prioridades, políticas y programas, se encuentra esta estrategia. ¿Debe de ir en los cursos de historia general del Perú, en educación cívica, en las historias regionales, o las locales, es un capitulo con obligación de examen, un control de lectura, lo que dice el educador en clase, lo que dicen autores sobre el tema, cuál es la fuente bibliográfica, principal y secundaria, son los datos, cifras y fotos, del informe de la comisión de la verdad;  que verdad decir, contar, enseñar? Menuda e importante tarea de trascendencia histórica toca hoy llevar a cabo; los actores tienen que encontrase en escenario, Estado, educandos, educadores, familia, sociedad, medios de comunicación, clase política y expresiones ideológico-política-partidarias, tienen el reto de empezar, valga la ocasión, de construir país, nación, identidad, ciudadanía, democracia.
Es evidente que la construcción de la democracia desde las escuelas demandará un esfuerzo enorme por parte de los docentes, quienes son los llamados a desarrollar el DCN, manejar textos escolares y/o  cualquier otro material que se les alcance; sin embargo la preocupación radica en  cómo desarrollarán esta tarea. El análisis de la historia requiere de los docentes un conocimiento cabal de la misma y las competencias pedagógicas  para desarrollar en sus estudiantes capacidad de análisis, síntesis, pensamiento crítico, o tan solo la posibilidad de poder observar, clasificar y comparar información que los conduzcan a la posibilidad de generar hipótesis, que permitan la construcción activa del individuo como lo afirmaba Feuerstein. Trabajar la construcción de valores democráticos en y desde la Escuela, implica volver la mirada a las competencias que tienen los maestros, pues serán ellos quienes traten el tema de los grupos terroristas en el proceso histórico peruano.
El tema no solo debe de tener la perspectiva de la Escuela, espacio y agente de socialización que viene siendo alterado por muchas razones, quitando ellos mismos competencia en asumir su responsabilidad. La familia encarga a la escuela la labor formativa,  además de valores, la escuela reclama a la familia el encargo de la formación y valores; la familia y la escuela, son los encargados de formar para la vida; al final encontramos que es la “calle”, son los medios comunicativos, quienes intencionalmente capturan, segmentos bien definidos, los cuales son objeto de internalizaciones de lo más sutiles, generando enajenaciones y alineaciones de lo más sorprendentes; los productos son evidentes.
La educación en nuestro país ha tenido el menosprecio histórico de ser la cenicienta de los sectores, no solo presupuestalmente, sino, en políticas, modelos y programas; hecho que nos sitúa con indicadores bajos en escenarios no solamente latinoamericanos. Hoy concentramos atenciones en aprendizajes, carrera magisterial, mejorar nuestros indicadores, etc., pero, el tema en cuestión y debate, no tuvo estrategia en educación, fue mediatizado  buscando implicados, pero no se pensó en diez millones de peruanos  jóvenes que votaron en las últimas elecciones, que no tienen memoria  de nuestra historia violenta, ni que decir, seguimos aumentando la cifra, más millones de peruanos en edad escolar, sencillo y cruel decirlo, más de la mitad de nuestra población se quedó sin historia, por gentes y partidos, que salieron de la historia, pero que, quieren ahora hacer su historia.
Que historia contar, quienes la deben de contar, como deben de hacerla; son interrogantes necesarias para la construcción de identidad y ciudadanía, conceptos claves para pretender ser nación.